doctorado

¡Soy doctor!

El pasado martes 30 de enero de 2018 tuvo lugar uno de los días más especiales de mi vida: defendía mi tesis doctoral, marcando de este modo el fin de una etapa y, a la vez, el inicio de una nueva. Digo que fue especial no tanto porque sea uno de los mayores hitos dentro del mundo académico, sino porque tenía la oportunidad de contar la investigación a la que he dedicado los últimos 5 años (sobre todo por las noches y en vacaciones) ante un tribunal que, así se hizo evidente enseguida, había leído con detenimiento las más de 400 páginas en las que explico el proceso y los resultados obtenidos, y ante una audiencia inmejorable: rodeado de familiares, amigos, compañeros de trabajo e, incluso, alguna cara desconocida1.